jueves, 1 de julio de 2010

Cuando la mentira es la verdad


Cuando la mentira es la verdad.
Por: Andres Rojo

Estratagema, según el diccionario de la R.A.E, significa engaño, fingimiento. Es una palabra a menudo utilizada en el medio militar, sin embargo aplicable a muchos momentos de la vida política en Colombia, por ejemplo, las elecciones presidenciales. Fue una perfecta estratagema política lo acontecido con el supuesto contendor del candidato de gobierno, hoy presidente electo. Este contrincante se vistió de verde, color neutral, el color de la esperanza, se endilgo un discurso de aparente intelectualidad, sabiduría y transparencia; mentiras todas. Hoy después de su “derrota” - las comillas son por que ese siempre fue el fin – y cuando todas esas aparentes características, de ser ciertas, lo pondrían en abierta contraposición al recién elegido; El candidato verde pasa de agache colocándose prácticamente al servicio del “nuevo” gobierno, con un discurso de “independencia y control político justo” no de oposición.

La estratagema funciono bien, ante la clara indignación que levantaba el ahora presidente, ante lo sucio de su trasegar y su caminar de delfín de las elites colombianas, era necesario canalizar esas energías para que no se fueran a la verdadera oposición del Polo Democrático Alternativo, cosa que fue aun mas evidente cuando los verdes rechazaron la propuesta de este ultimo. Todo esto bajo la cada vez mas decisiva fuerza de los medios de comunicación, que fingieron con encuestas falseadas una aparente posibilidad de ser gobierno y de esta manera se presionó, se canalizó, la votación de los inconformes.

Aun así, pasada la segunda vuelta, todos estos ardides no fueron capaces de derrotar el inconformismo manifestado en la abstención que pasó de 50.76% a 55.52%, también aumentó el voto en blanco (1.54% a 3.417%) y los votos anulados (1.16% a 1.49%), si sumamos todos estos como una muestra de inconformismo y rechazo a los candidatos de la contienda, queda clara la ilegitimidad del recién elegido, mas del 60% de los votantes no estuvo de acuerdo con ninguno, entonces es una elección de minorías. De plano, ya una supuesta democracia donde mas de la mitad no participa, es una democracia falsa, de mentiras, por tanto se asemeja más a una imposición.

De esta manera se va marcando el camino de los próximos años, con un gobierno que hace llamados a la unidad nacional, recordando los escalofriantes episodios de la historia mundial de quienes hicieron estos llamados, derechas recalcitrantes que se implantaron por vía del terror del Estado, tema que no es desconocido para el recién elegido. Juan Manuel Santos no tuvo escrúpulos al aceptar el asesinato de jóvenes en los mal llamados “falsos positivos” cuando fue ministro de defensa. Y cuando estuvo en el ministerio de hacienda, prometió “sangre, sudor y lagrimas” para el pueblo colombiano, cosa que cumplió. Estos dos últimos ejemplos, son buenos botones de muestra de lo que se viene para Colombia.